martes, 7 de marzo de 2017

PRÁCTICA 2 YO COMO USUARIO




En la segunda práctica, colocados todos de forma que nos viéramos las caras, escribimos en un papel una experiencia en la que tuvimos que pedir ayuda y explicar cómo nos trataron, como nos sentimos al solicitar esa ayuda, y como nos hubiera gustado que nos hubieran tratado.

Una vez que todos habíamos escrito nuestras experiencias, nos juntamos en pequeños grupos, con aquellas personas con las que teníamos más confianza e hicimos una puesta en común para elegir una de ellas y exponerla a toda la clase. Nuestra elección fue la siguiente:

“Hace unos años cuando estaba en el instituto sufrí una semana intensa de acoso escolar en el bus por parte de unos compañeros que también hacían acoso a una chica cuatro años menor que ellos. Al ver que ya no podía más fui a pedir ayuda al orientador que también trabajaba en el departamento de psicología. AL contarle lo sucedido no se le ocurrió decirme otra cosa que la culpa era en mayor parte mía por no adaptarme a ellos. En ese momento me arrepentí de haberle pedido ayuda, porque salí mucho peor de lo que había entrado. No podía creer lo que había dicho, me esperaba cualquier respuesta menos eso. Me dijo que la única solución era adaptarme, es decir, que me comportase como ellos. Entonce me pregunté, ¿Adaptarme? ¿Me estas queriendo decir que para que no pase más eso tengo que insultar, molestar a una niña de 12 años? Ellos tenían 16. Al ver la incredulidad de la situación se lo conté a mi madre, y ella fue a hablar con él muy molesta. Al terminar, el psicólogo le dijo que no era para tanto. Que era matar moscas a cañonazo. Y desde ese momento ya no creo en ellos y estoy estudiando esta carrera para ayudar de verdad a los que lo necesitan.”

Después de que cada grupo contara aquella experiencia que habían elegido, nosotros teníamos que identificar aquellos factores más relevantes que nos habían transmitido. Y, posteriormente, el profesor hacía su aportación de cada grupo. Era importante conocer cuáles eran los factores que habían hecho que el solicitar la ayuda supuso sido algo positivo o algo negativo.

Esta práctica nos sirvió para pensar más profundamente aquello que habíamos sentido en el momento en que tuvimos que pedir ayuda, y ver que los demás también habían tenido miedo o vergüenza al enfrentarse a sus situaciones.

PRÁCTICA 1 AUTOCONOCIMIENTO Y EMOCIONES

La primera práctica que realizamos consistía en conocernos a nosotros mismos para saber cómo gestionamos las emociones negativas, ya que éstas cuestan más a la hora de expresarlas con los demás.

Formamos un grupo todos los componentes de la clase, en el cual, estábamos sentados en forma de círculo. De esta manera, era más fácil poder ver a todos directamente. La actividad consistía en que debíamos de escribir en tres papeles, aquello que nos diese miedo, que sintiéramos rabia y que nos produjera tristeza, e introducirlos en tres sobres diferentes.

Después, cada uno iba sacando uno de los papeles de forma aleatoria y anónima, y se fueron leyendo en voz alta.Se hicieron varios comentarios cuando terminábamos de leer los tres tipos de sentimiento, y pudimos ver que se establecían unas coincidencia. Es decir, podíamos ver como una mayoría de los que estábamos teníamos miedo, rabia y tristeza a las mismas cosas.

Hablándolo con el profesor y con los alumnos que intervinieron, se llegó a la conclusión de que: tenemos miedo a perder a nuestros seres queridos más cercanos, a morir y a los cambios. Sentimos profunda rabia ante las injusticias y ante las cosas que no podemos cambiar, nos sentimos impotentes y frustrados por ello. Y por último, nos entristecemos al pensar en la posible muerte de un familiar o amigo, ante la opción de equivocarnos al tomar decisiones y ante los recuerdos de personas que ya no están con nosotros o que viven muy lejos de aquí.

Tras haber leído todas las frases, pudimos llegar a la conclusión que estos sentimientos no solo son algo de una sola persona, sino que todo el mundo, en algún momento de su vida, los ha sentido. Es por ello, que de esta manera uno se puede sentir más aliviado dándose cuenta de que estos sentimientos no son algo extraño.

Esta práctica nos sirvió para conocernos de una manera más profunda, y poder ver que aquello que al principio nos avergonzaba y suponía un gran problema que no sabíamos resolver, el conocimiento de que los demás padecen los mismos sentimientos, hace más fácil el afrontarlos.